Reseña Grupal - Lectura de Efrén Cuevas
En este escrito, Cuevas defiende la relevancia de las respuestas viscerales que provocan los productos culturales, especialmente en el ámbito de las ficciones audiovisuales. Según el autor, las teorías acerca de la autoría y la intención no son completas si se ignoran las dimensiones emocionales y subjetivas del compromiso del público. Cuevas utiliza programas televisivos populares como The Walking Dead y Game of Thrones para ilustrar cómo las inversiones emocionales de los espectadores en los personajes y las tramas influyen en sus interpretaciones de estas obras. Además, destaca la importancia de los medios digitales y las redes sociales en la promoción de respuestas afectivas colectivas a los productos culturales. La perspectiva de Cuevas de alguna manera sirve como un recordatorio conciso y efectivo sobre la relevancia del compromiso emocional en el análisis cultural.
Por otro lado, Efrén Cuevas, presenta una interesante reflexión sobre el papel del autor en la creación de ficciones audiovisuales. Sin embargo, se puede criticar que la lectura resulta un tanto limitada en su análisis, ya que se enfoca únicamente en la figura del autor, dejando de lado otros aspectos que también son relevantes en la producción audiovisual, como el equipo de producción, la influencia de las productoras o la interpretación del público. Así mismo, se echa en falta una reflexión más profunda sobre la relación entre autor y audiencia, y cómo esta puede influir en la percepción y valoración de una obra audiovisual. Sin embargo, la lectura resulta interesante y ofrece algunos puntos de reflexión, pero podría ampliar y profundizar en su análisis para brindar una perspectiva más completa y rigurosa.
Dentro del mundo audiovisual o el cine, hay muchas personas involucradas para hacer realidad la visión del autor. El autor es quien escribe el guion de la obra o la película, el cual se le entrega a un director y este puede tener una interpretación visual diferente al autor cuando estaba produciendo la historia. Se pueden dar casos donde el autor y el director del filme trabajen juntos para que así la visión de este sea la deseada. Pero sigue siendo un arte compartido. Ahora, hay autores que también son directores, es similar a ser compositor y cantante, ya que componer es un arte, pero también lo es el interpretar. Cuevas menciona un hecho interesante y es cuando un director recibe el sello de autor, el público puede llegar a pensar que hasta sus películas mediocres son buenas. Ante este punto pienso que el sobrevalorar o no una pieza de arte ya sea de la rama que sea, es una opinión, y cada cual tiene una interpretación diferente de la misma. Entiendo que dentro del arte hay unos estándares de calidad, y también hay ciertas “reglas”, pero al final hay público para todo tipo de arte, y si una persona piensa que cierto filme de cierto autor está sobre valorado, esa es solo su opinión.
Cada autor le pone cierto objetivo a cada una de sus obras, no todas deben de tener el mismo propósito, porque si no sería algo aburrido. Por ejemplo, hay filmes que el autor desarrolla con el fin de que el público tenga su interpretación propia, claro que el autor debe de tener la suya porque al final el arte se trata de expresar, es como una vía de comunicación, pero no necesariamente uno debe de casarse con un solo concepto. Y al haber autores y también directores que hacen de sus obras un laberinto, también está ese tipo de público que goza del poder ver una producción audiovisual o de cualquier rama de la cual puedan sacar diferentes perspectivas. Al igual que hay otro tipo de público que prefieren que una obra vaya directo al grano, que el autor sea directo para que el mensaje no se mal interprete y sea fácil de entender. Por esta razón pienso que un director que se convierta en un buen autor debe de estar consciente del tipo de audiencia al cual está dirigiendo su obra.
Si atamos este concepto a la arquitectura de Gehry y Moneo, vemos que sus intenciones claramente son diferentes. Gehry se va por un lado más a que el público que visite sus obras tenga su propia perspectiva de lo que representa su arquitectura, mientras que Moneo da un mensaje un poco más directo. En ocasiones ambos pueden presentar un objetivo diferente porque claro está que no se iban a quedar haciendo lo mismo, pero nunca pierden su esencia. Esa esencia es lo que les da su marca de autoría. Y en sus obras al igual que en el mundo audiovisual, existen los autores secundarios que los ayudan y colaboran en sus proyectos para hacerlos realidad.
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